La actividad Reality Show ¿realidad o actuación? consistió
principalmente en mostrar a los estudiantes amigonianos los beneficios y
perjuicios que traen para la audiencia televisiva, los realities El Desafío del
Canal Caracol y Protagonistas de Nuestra Tele del Canal RCN.
Cartel de la actividad. 06/noviembre/2013
Para lograr su objetivo, los
encargados de este evento mostraron a los alumnos, videos en donde se podía observar
escenas agresivas y contenidos poco educativos, los cuales se transmiten a
través de estos realities. Además, los participantes podían jugar armando un
rompecabezas (simulando que estaban en El Desafío) o simular un cara a cara con
uno de sus compañeros (como si estuvieran en Protagonistas de Nuestra Tele)
Es algo paradójico que
critiquen estos programas y a la vez muestren sus “beneficios”, los cuales – en
opinión personal- únicamente son: entretener y divertir.
El Desafío y Protagonistas
de Nuestra Tele son los realities shows más vistos por la televidentes
colombianos.
Esta actividad me llamó la atención
porque me recuerda a un texto que leímos y analizamos en clase, titulado: La
realidad simulada. Una crítica del reality show del escritor Leonardo Ordóñez
Díaz. Este artículo aborda el estudio del reality a través del lente amplio de
una crítica de la industria del entretenimiento. Este escrito se divide en
tres partes, en las cuales:
- Se estudia la tensión que los realities generan entre la representación como esquema estético tradicional y simulación como esquema estético emergente.
- Se detalla la manera en que los realities participan en la producción del mundo como imagen.
- Se explica el papel que los realities cumplen en el marco de la economía estética contemporánea y se ofrece una explicación sociopsicológica de su poder de seducción.
Por lo tanto, considero, que
aunque los realities shows sirven de entretenimiento para la audiencia, se
debería analizar primero los contenidos que se van a presentar, ya que muchos
de estos pueden ser dañinos para los televidentes que van desde niños, pasando
por adolescentes, adultos y finalmente, ancianos.
Si los canales privados colombianos
se pusieran en la tarea de mejorar sus programas (muchos de estos son poco
educativos), dejando a un lado la violencia, tal vez ocurriría un cambio en el pensamiento
de la teleaudiencia, quien en estos momentos solo piensa en guerras y no tiene
una percepción crítica sobre lo que ve en la televisión.
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